Cohesión grupal
Antes de adentrarnos en este interesante tema, primero que nada, sería justo comprender el origen del concepto. En física, la cohesión se define como la fuerza de atracción existente entre las moléculas. En un sentido desambiguado, mayormente enfocado a la naturaleza psicológica social del ser humano, encontramos, además del grado de cohesión, la relación/vínculo entre los integrantes de una agrupación, desde la más mínima (2 seres) hasta la más grande (sociedades y civilizaciones). El grado de cohesión dependerá de la estrechez, intimidad y fuerza de estos vínculos. Dicho esto, podemos desarrollar de forma un tanto más clara lo que es la cohesión grupal.
Básicamente,
la cohesión y el grado de la misma dentro de una agrupación y entre sus
integrantes se traduce en las fuerzas que forman, mantienen y dirigen a la
agrupación hacia la obtención de las metas y objetivos compartidos, ya sea de
manera comunal o particular.
La
cohesión grupal es importante para garantizar la estabilidad y confianza en la
agrupación. Pueden existir conflictos en distintos grados entre los
integrantes, sin embargo, la consecución de los objetivos en función de las
necesidades de los mismos es lo que garantizará la unidad. Para que esto se
logre no solo basta desearlo, sino que existen fuerzas que aseguran una mayor
tasa de éxito. Si algún miembro se encuentra en desacuerdo con la
administración interna o la estructura de la agrupación, tiene la capacidad de
manifestarlo, sometiendo su incomodidad al resto del sector para así esperar un
juicio social. Si el fallo general no se ajusta a las necesidades privativas de
algún socio, entonces éste tendrá que adaptarse al consenso general o abandonar
la agrupación en busca de otra que se ajuste más a sus intereses particulares,
sin que esto desestabilice la integridad de la sociedad. Esto no sería posible
sin la cohesión que se desarrolla entre los individuos restantes del grupo,
pero ¿Qué se da por manifiesto al interactuar con otros seres humanos? La
diversidad.
La gran variedad de opiniones y personalidades se cuentan por la cantidad de seres humanos que existen, existieron y existirán. Esto no solo nos nutre como especie, sino que también nos provee ciertas problemáticas a tener en cuenta (puntos de vista distintos, inconformidades, ideales en sentidos opuestos, etc…). Si cada ser humano fuera capaz de sobrevivir por sí mismo, sin la ayuda de absolutamente nadie, y si estos seres humanos fueran capaces de adquirir e implementar conocimientos avanzados sin ayuda, entonces la naturaleza social de nuestra especie estaría comprometida, pero no es así. La realidad es que tenemos necesidades y deseos, objetivos y metas. Es ese impulso que bien menciona Maslow por trascender e ir más allá de nuestras limitaciones mundanas y tridimensionales hacia objetivos inefables, más allá de la auto-realización lo que nos ha llevado a dejar de lado la particularidad para así poder abrazar la instrumentalización psico-social. Es por esto que trabajamos en conjunto, con la idea de transitar por ese camino y hacia la olla de oro al final del arcoíris de la manera menos tortuosa y satisfactoria posible… cosa que sería imposible si nuestra especie no hubiera descubierto el trabajo en equipo. Nos dimos cuenta de que, si distribuíamos y/o delegábamos las tareas en función de las necesidades, capacidades y recursos de cada uno, lograríamos la realización de nuestras metas en menor cantidad de tiempo y sin tanto desgaste.
Fuente: http://procesogrupos.blogspot.com/2018/11/la-cohesion-grupal.html
Cuando integramos una sociedad, es común que comencemos a notar similitudes entre nuestros compañeros y a marcar de forma exagerada las diferencias entre los miembros de otra agrupación o personas random que nos topamos por ahí. ¡La mente es una cosa maravillosa!
El grado de cohesión en una agrupación dependerá del nivel empático de sus integrantes, la fluidez y claridad en la comunicación y la eficacia y eficiencia del colectivo.
Para que la unidad, la solidez y la confianza, es decir, para que exista un grado de cohesión dentro de una entidad agrupacional, Festinger (1954) establece las siguientes razones:
- Las metas, la personalidad de algunos elementos, las actividades, el status y/o el rol o posicionamiento serán cualidades atractivas.
- La necesidad de afiliación, de estima y seguridad establecida por Maslow se resuelve, aparentemente, al integrar una agrupación.
- Se logra la sensación de pertenencia, de la manera más esencial.
- Los seres humanos comparan las agrupaciones entre sí para poder establecer la que más se ajuste a sus intereses y necesidades.
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